Decía Santiago Ramón y Cajal que aún en nuestro tiempo, la construcción científica se eleva a menudo sobre las ruinas de teorías que pasan por indestructibles, y no le faltaba razón, y es que a lo largo de nuestra historia los métodos mecanicistas o aparentemente simples siempre nos han conquistado, ya bien por ser en ocasiones útiles y en muchas otras simplemente cómodos.
Desde el punto de vista del entrenamiento personal siempre hemos abogado por garantizar a nuestros entrenados unos resultados que probablemente se produjeran apoyándonos en lemas reduccionistas como el más que conocido ‘’No pain no gain’’ o ‘’se juega como se entrena’’. Estos lemas, basados en la intensidad ‘’incontrolada’’ del movimiento han generado por un lado grandes dosis de esfuerzo y por otro lado una idea errónea basada en el sufrimiento, olvidándose del disfrute: ‘’para lograr resultados hay que sufrir’’.
Puede ser que gran parte de la culpa de que, al menos un 60% de la población mundial no realice la actividad física necesaria para obtener beneficios para la salud (OMS 2019), sea de estas filosofías y de la poca adherencia que crean sus programas de ejercicio físico.
¿CÓMO CONSEGUIR ESA MOTIVACIÓN EN EL ENTRENAMIENTO PERSONAL?
Como centro de entrenamiento personal uno de nuestros grandes objetivos debe ser cambiar esta cifra, conseguir que más personas realicen ejercicio físico y sean más activos. Y es que cuando le preguntas a una persona ¿por qué no realizas ejercicio físico? Las respuestas son claras: ‘’no tengo tiempo’’ o ‘’no tengo interés o motivación’’, y es lógico, nadie tiene tiempo o motivación para algo que no le gusta. Lo interesante es que en España estamos 5 horas y 18 minutos diarios conectados a Internet a través de cualquier dispositivo, para embaucarnos en las redes sociales, televisión y música (Digital 2019). ‘’El tiempo”, el gran fenómeno mensurable y concreto y a la vez tan relativo. Por lo tanto, nuestras preguntas como entrenadores personales (profesionales) son: ¿Cómo hacerlo?, ¿Cómo conseguir esa atracción y adherencia? Y he aquí dónde tenemos al gran olvidado de esta historia, el juego.
El juego es una de las mejores herramientas de aprendizaje, fomenta el comportamiento exploratorio de la persona, potencia alguna de las estructuras del ser humano, como la socio-afectiva o la expresión-creativa y al fin y al cabo, hace que nos divirtamos y nos concentremos únicamente en el juego en sí y sino, recuerda cuando eras un niño y tenías una pelota entre tus manos.
Esta gran alternativa, no debemos convertirla en caótica, puesto que es muy fácil caer en las ramas de la incoherencia cuando se trata de un juego. Definiendo la tarea como: ‘’organización de una actividad, ejercicio o juego hacia la consecución de un objetivo determinado’’ (Famose, 1992), debemos de diseñar tareas adecuándose al entrenado, al entrenador y al contenido ( Cárdenas y Alarcón 2004), y es que ‘’entrenamos como jugamos’’.
A principios del siglo XXI hemos tenido el Boom del entrenamiento funcional y si solo en una frase pudiera definirlo, diría que es el entrenamiento que funciona, pero ¿a quién le funciona? Basándonos en el principio de la especificidad podríamos decir que el Barsa en sus entrenamientos hace movimientos tácticos que luego el domingo los emplea para conseguir marcar una acción de córner, por lo tanto estamos entrenando como vamos a jugar. ¿Y si el término de jugar lo cambiáramos por vivir?
Los que dedicamos gran parte de nuestro tiempo a mejorarles la calidad de vida a las personas sabemos la importancia de los patrones de movimiento, pero ¿sabemos los beneficios de la variedad y la variabilidad de esos patrones de movimiento?
Desde Wellness Center Valdelagrana queremos aportar nuestro granito de arena, aportando ciencia y experiencia a la población en general, para así conseguir una mejor educación en esto del movimiento. Por supuesto con mención especial a todos los compañeros que dedican parte de su vida a la actividad física y la salud y el rendimiento deportivo.
«Libres son quienes crean, no quienes copian, y libres son quienes piensan, no quienes obedecen. Enseñar es enseñar a dudar.» Eduardo Galeano.